Bien podrían ser la rubia de New York y la morocha del Abasto, porque Andrea Ghidone y Anita Martínez protagonizan junto a Marisol Otero y Natalia Cociuffo Ellas son tango, espectáculo que rinde homenaje a Tita Merello, María Nieves, Libertad Lamarque y Susana Rinaldi y se presenta el 22, 23 y 24 de octubre en Origami (Av. Costanera 7350, CABA) con la orquesta de Pablo Valle y la participación especial de Chino Laborde y Lidia Borda.
Ellas comparten mucho más que el título del show: son bailarinas, actrices, acróbatas, tangueras por herencia y mamás. Las dos tienen un pasado en la revista: una como vedette y la otra en ese rol de comediante que la distingue. Y ambas además pasaron por la pista de Bailando por un sueño (Anita Martínez fue campeona en 2014).
Andrea Ghidone (47), nacida en Montevideo, llegó a la Argentina hace 17 años y enseguida debutó con Carmen Barbieri en Vedettísima, con quien trabajó durante cinco temporadas. Pero decidida a abrirse su propio camino, con el tiempo se convirtió en productora y hacedora de sus proyectos, el más reciente Madame Tango, y ahora su gran apuesta, Ellas son tango.
Anita (50) entra hablando en modo Tita, arrastra las palabras con picardía mientras se pone la remera con la cara de la Merello que estrena para esta nota.
El clima que se vive luego del ensayo es de alegría; Roberto Antier, el director actoral, saluda sonriente a Andrea, quien sigue ultimando detalles personales (el viernes después del show se comprometerá con el controvertido empresario Pablo Otero, más conocido como “El Señor del Tabaco”) y profesionales con el musical de su vida.
El tango te espera

-Nunca habían trabajado juntas y hasta ahora nada hacía pensar que se encontrarían en el escenario, pero como dice el dicho, el tango te espera y te une.
Anita: La Ghidone es el tango, palabras mayores. Y lo que tiene de meritorio es que lo ha hecho en base a mucho esfuerzo, demostró que si tenés ganas y garra podés lograr tus sueños. Y este espectáculo la representa mucho, porque habla de esas minas que pudieron a pesar de todo, a todas las mujeres un poco nos toca -en este tiempo que vivimos- sentir eso, que lo que nos pasa lo debemos atravesar con mucha fortaleza y nos termina haciendo mucho más enteras.
Andrea: Sí, Tita, Libertad Lamarque, la Tana Rinaldi, María Nieves, fueron pioneras, desafiaron un destino que tenían marcado y con su talento consiguieron un lugar en el tango -un ambiente cien por ciento de hombres- con su seducción y con esta picardía que tiene la tanguera. Y eso también es lo que tenemos en común Anita y yo.
-Andrea, en el escenario elegiste ser María Nieves, ¿por qué?
-Porque esa mujer estuvo atrás de un gran hombre como Juan Carlos Copes, un referente en el tango escenario, pero ella es una pieza fundamental. Una mujer de origen muy humilde que, como contó ella, vio a su mamá revolver tachos de basura. Y después de eso bailar para grandes figuras del mundo hasta en el programa de Ed Sullivan y en la Casa Blanca en el cumpleaños de Ronald Reagan. Ella inventó lo que no existía, es una mujer grandiosa.
Anita: En un momento, la obra dice: “Gracias a ellas bailamos, gracias a ellas actuamos, gracias a ellas cantamos”. ¡Es relindo! Hace años que no hago algo que me guste tanto. Y tenemos orquesta en vivo, un lujo la orquesta de Pablo Valle Tango. Yo que estoy acostumbrada a ir con mi gira, con mi pistita, llego acá y veo un show así, con un despliegue… Está Lidia Borda también que canta unos tangazos.
Andrea: Hace de Lidia, porque ella es tango y hoy es figura indiscutible. ¡Es increíble escucharla! Nosotros venimos a traer la esencia de estas grandes mujeres: Tita interpretada por Anita, y te morís porque es hermoso; y lo mismo pasa con la Cociuffo que hace a Rinaldi y Marisol que es Libertad.

El Cambalache actual
Anita: El repertorio es tremendo. Son todos temas que nos atravesaron en algún momento, porque el tango está en nuestro ADN. Recién hablábamos con Nati de la letra de Cambalache, que lo canta ella.
Andrea: Más actual que nunca…
Anita: ¡Recontra! Ponés Cambalache y alguna palabra está en tu inconsciente, ya te atravesó en algún momento. Me pasó cuando abrí el libreto y vi La cumparsita recitada tal cual el texto de Julio Sosa, recuerdo de mi infancia porque se escuchaba en casa.
Andrea: “Pido permiso, señores, que este tango habla por mí” (recita). Es una canción que me eriza, me lleva.
-No es sorpresivo que hagas de Tita, pero sí que cantes tango.
Anita: Lo que pasa es que soy una actriz que siento lo que hago y en realidad canté en muchas cosas que hice. Todas las actrices queremos hacer a Tita Merello, digamos la verdad. Cada vez que escucho Se dice de mí me siento identificada, nos representa mucho a todas las mujeres.

-Cuando ella te llamó y escuchaste la propuesta, ¿tuviste algún prejuicio porque Andrea, ahora está haciendo tango, pero antes fue vedette?
Anita: ¡No! Tengo mucha más admiración por la gente que va atrás de los sueños, no le miro la historia. ¿Vos sabés lo que es ser vedette? La revista no es un subgénero, es una re escuela para los actores. Yo hice revista con María Marta Serra Lima, Nacha Guevara, Jorge Guinzburg, Hernán Piquín, Juan Carlos e Iliana Calabró. ¡Escuché a Raúl Lavié cantando tangos en la revista!
-¿Por qué convocaste a Anita para hacer de Tita?
Primero porque la admiro, es una grosa. Y sabía que Anita era “el personaje” para Tita aunque pensé que no iba a aceptar, tal vez por ciertos prejuicios…
-Anita. ¡¿Estás loca, mirá si me iba a perder esto?!
-¿No te pesan los prejuicios, Andrea?
-Nunca me condicionaron, nunca me importaron absolutamente los prejuicios de la gente, porque sé quién soy y a dónde voy. Cuando arranqué en la Argentina, hace 17 años, no me conocía nadie, y con mi trabajo fui ganándome mi lugar.
Anita: Igual hoy se condenan más los prejuicios que antes. Ahora el prejuicioso se tiene que callar un poquito la boca…

-Pero ella pensó que le ibas a decir que no.
-¿Vos viste? ¡Y acá me tenés! Mirá si no me llamaba. ¡Me muero! La hubiera llamado yo: “Loca, ¡¿qué sos prejuiciosa que no me llamás?!” (risas)
Andrea: Sabía que ella es bailarina y una gran actriz, y no tenía duda que iba a saber cantar a Tita y decirlo mejor que ninguna… Es verla y se te pone la piel de gallina.
-Andrea ya contó qué le pasa al escucharte, ¿qué te pasó a vos cuando la viste bailar?
-Siempre admiré a Ghidone, es una mina muy personal y la gente con personalidad me gana. Aparte de que es hermosa, pero el envase no es lo importante. Ella tiene mucha presencia y sabe lo que quiere.
Andrea: El tango es un género muy complicado, cuando arranqué me fue muy difícil, pero ya hace como diez años que estoy produciendo. Por otra parte, yo pienso que el tango no es for export, no es para turistas, quiero que el tango sea consumido por el público local.
-Como María Nieves y Copes con “Tango argentino”.
Andrea: Exactamente, pero además ellos tuvieron la suerte de llevarlo a Broadway.
Anita: ¡Yo me re veo en Broadway! Te voy avisando, por si tengo que hacer el pasaporte o la visa (más risas).
Mujeres y tango

-¿Qué sería del tango sin las mujeres? Tal vez es más fácil contestar qué sería sin los hombres.
Anita: ¡No tendrían a quién putear!
Andrea: En el baile queda muy claro, en el tango la mujer es todo. El partenaire hace lo suyo, pero la mujer fina, elegante, sensual, delicada, una presencia escénica plantada de igual a igual a un hombre. El tango está en cualquier rincón del mundo que vos vayas, tiene una identidad reconocida, es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y no se necesita explicar qué es.
-Las cuatro mujeres de “Ellas son tango” -Tita, Libertad, la Tana y María Nieves- comparten adjetivos: intuitivas, valientes, atrevidas, talentosas, rebeldes, soñadoras, pasionales… ¿Cuánto tienen de ellas?
Anita: ¿Me agrando mucho si digo que siento que casi todos? ¿Está mal?
Andrea: No, ¡al contrario!
Anita: Detrás de estas minas fuertes también había mucha ternura. A veces la vida te va poniendo a prueba, te va endureciendo y te va “encebollando”, te va como haciendo callos… Pero lo más importante es que vivimos de lo que nos gusta. Yo arranqué como bailarina clásica y cuando nos poníamos las zapatillas de punta o nos íbamos a la barra sabíamos lo disciplinado que tenés que ser. Y la disciplina también nos enseñó mucho en este trabajo.
Andrea: Ellas la tuvieron más que nadie, sin duda. Y en un momento en que la mujer tenía que ser sumisa, estar en la casa, con los chiquilines, dándole de comer al marido y planchando, esa era una buena mujer.
Anita: Hoy cuesta un montón encontrar uno que te diga: “Vos quédate en casa y yo laburo” (risas).
Andrea: ¡Eso no existe, amor! Ellas eran guapas de verdad, en una sociedad que las señalaba como mujeres diferentes al resto y en la que para ser bien vistas debían casarse y tener hijos.

Compromiso y casamiento con un polémico empresario
-A menos que hayas cambiado de opinión te casás con el empresario Pablo Otero.
Andrea: Sí, el 24 es el compromiso.
-Pero el 24 tienen función…
-Sí, ahí, después de la función con todos nuestros invitados de testigos.
Anita: ¡Me acabo de enterar! Yo los veo a estos dos tortolitos y me encanta que podamos estar ahí porque cuando te volvés a elegir es hermoso.
Andrea: Es otro momento de la vida, después de tantos años sola pensé que no iba a volver a confiar. Siempre fui una persona muy independiente pero ahora paré y, más allá de que sigo adelante con todo lo mío, siento que tengo una vida mucho más familiar. Hasta ahora éramos mi hija (Natacha, 19) y yo, nada más, porque el resto vive en Uruguay. Y ahora con Pablo, que tiene tres hijos, formamos una familia más grande que, admito, no la tenía para nada en mis planes.
Anita: ¡Ahhhhh! (suspira).
Andrea: Yo también le debo mucho al tango, me enseñó a ser mejor persona. Siempre lo digo, parece tonto, pero para bailar de a dos necesitás compartir un eje, y muchas veces nos movemos solos en la vida y no compartimos, te movés y ya, pero cuando tenés que hacer algo que implica hacer de a dos es un desafío. Nos casamos el año que viene, no hay fecha exacta todavía, pero será en octubre.

-¿Te asusta que Pablo sea una persona pública, un empresario polémico, conocido como “El Señor del Tabaco”, acusado de evasión fiscal?
-No me asusta ni me molesta. Él es una persona cero mediática y para mí, simplemente es Pablo.
-Y vos Anita, ¿cómo estás sentimentalmente hablando?
-De novia hace tres años casi con Denis, el Denis de San Pedro, un muchacho divino, no tenemos planes de casarnos, pero estamos muy bien porque Denis es lo más grande del mundo. Además está Lolo (16), mi hijo hermoso, que está aprendiendo a tocar la guitarra, al que le gusta el rock, Soda y Cerati, aunque ahora también arrancó con el tango, lo escuchamos juntos en el auto.
-¿Hay alguna frase de las mujeres que inspiran el espectáculo que las conmueve especialmente?
Anita: Hay algo de Tita que está muy lindo acá (busca en su bolso el guion) esperen que parece la bolsa de la compra.
Andrea: ¡Tenés de todo! Hay gente viviendo ahí adentro… (carcajadas).

Anita: Dice así: “No puedo cantar mentiras. El tango es así, es pasión, dolor, verdad cruda. Yo no me pongo a hacer caritas bonitas, ni intento agradar a todos. Eso es para las fotos, no para el escenario”. Y sigue: “El amor del público es como la vida, a veces te da y a veces te saca, pero sin ellos no hay vida y no hay carrera”.
Andrea: ¡Claro! Nosotros le debemos todo al público, es nuestro motor, como lo es el tango.
Anita: Sí, y hay que transmitirlo de generación en generación, como hizo mi abuelo conmigo cuando lo escuchaba en la radio Spika. Hay que ponerle tango a nuestros chicos, cuando cantan o hacen una fiesta, loco, ¡poné tango!
Andrea: ¡El tango en las escuelas, sería hermoso!
Fotos Mariana Nedelcu. Gabriel Machado (fotos caracterizadas con sus personajes) y Sergio Zawislak (fotos de las 4 protagonistas juntas)
Fuente Clarin