Las mujeres no mandan en las series argentinas, pero pueden marcarles la cancha a los hombres: hacen sentir sus voces. Y, hasta cuando encabezan la trama, deben lidiar con los preceptos del mundo machista. ¿De qué manera se refleja el vigor femenino en series exitosas de 2024 por el streaming?
Un ejemplo clave está en Envidiosa, el fenómeno argentino del año en Netflix: la protagonista, Victoria Mori (Griselda Siciliani), sufre recelos por la falta de un novio, hasta que toma consciencia de los deseos y metas que le impone la sociedad patriarcal a una mujer atractiva de cuarenta años.
Otras damas también sorprenden con sus gravitantes personalidades en series argentinas actuales: la agente policial que encarna Gimena Accardi en La voz ausente; la amenaza que representa Elena Roger en La mente del poder; la Cris Miró que retrata en su biopic la actriz Mina Serrano -empoderada y sufriente a la vez-; la comiquísima manager de rock que es Sofía Morandi en Porno y Helado, y todas las mujeres que desafían el conservadurismo del director de un museo en la serie Bellas artes.
Aquí, un repaso por varias mujeres que se abren paso, con potencia, en seis series argentinas para maratonear.
Envidiosa
“Estoy para que me des el alta. Me siento bastante regia”, dice Vicky Mori (Siciliani), y su psicóloga, Fernanda (Lorena Vega), le contesta: “Mmm, vamos a agregar una sesión. Vas a venir dos veces por semana”. Y la frustrada patológica que es Vicky remata, con gracia y patetismo: “¿Qué? ¿Te metiste en un crédito?”.
Vicky Mori está en lucha consigo misma: intenta superar los mandatos patriarcales para las mujeres maduras de clase media (formar pareja, casarse, tener hijos y éxito); trata de aceptarse y superar su envidia. Ella debe enfocarse en desear lo que tiene, no lo que tienen las demás.
Comedia sagaz y adictiva, la serie va mucho más allá de ver como una “envidiosa” a Vicky Mori: es una mujer de treinta y nueve años que se ve reflejada, con desigualdad, en los logros de sus amigas. ¿Acaso no hay un marco social, y de época, que la hace sufrir? ¿Qué desea más allá de los espejos ajenos? Allí está el núcleo de Envidiosa, una ficción no apta para lecturas lineales ni de color rosa. Aquí hay una mujer en busca de su destino. Aunque hagan falta dos sesiones de terapia por semana.
Bellas Artes
“Debes programar a más artistas mujeres. El porcentaje aquí es muy bajo”, le dice la Ministra de Cultura a Antonio Dumas (Oscar Martínez), el misógino director del Museo Iberoamericano de Arte Moderno de Madrid (MIDAM). Éste se escandaliza por lo bajo: para él, un cupo femenino es discriminatorio para los hombres.
¿Igualdad de oportunidades? “Que ellas se lo ganen”, piensa Dumas. Pero dirigir un museo de arte moderno requiere, justamente, una visión contemporánea: no del pasado, que fue moldeado por los cánones masculinos. Por eso Dumas también deberá recibir a las funcionarias del Ministerio de la Igualdad, quienes constatarán la cantidad de artistas mujeres expuestas en el museo.
Más tarde, Dumas le dará lugar a la impredecible performer alemana Ulah Groh (Milena Smith). Y hasta tolerará los desmanes de su ex pareja Mariel Bernabé (Ángela Molina), una artista plástica radicalizada. Pero las mujeres no son las que toman las decisiones en el Museo: es Antonio Dumas el que comprenderá que las bellas artes, la igualdad y la libertad -para todos y todas- no se pueden separar.
La mente del poder
Flow / Max
Foto Agencia Ninch
El flamante Presidente de la Nación, Víctor Noriega (Mike Amigorena), odia al Estado: busca privatizar todo a su alcance, desprecia al progresismo y sueña con entregar el litio argentino a las corporaciones extranjeras. Aunque mantiene su lado humano: tiene como psicólogo a Marcos Dorrego (Diego Velázquez), un tipo autodestructivo y adicto al alcohol tras la muerte de su esposa.
Pero el verdadero karma del psicólogo es tener que escuchar las confidencias del mandatario Noriega. ¿Podrá despegarse? Con un extraño acento francés aparece la oscura agente Laurent Gerard (Elena Roger) y, en una sesión de terapia, le dice al psicólogo, amenazándolo con revelar un viejo secreto: “Sé qué sos el indicado para hacer el trabajo que necesitamos”.
La orden de la mujer afrancesada es que aquél siga atendiendo al Presidente Noriega: deberá manipular su cabeza y hacer que renuncie. En una serie con diálogos no naturales y entonaciones no siempre logradas, el personaje de Elena Roger logra sumar tensión en cada una de sus apariciones: su presencia es perturbadora hasta para los espectadores.
La voz ausente
“Cuando hablan de usted como una especie de superpsicólogo, ¿no le da un poco de pudor?”, indaga la inexperta oficial de Policía Cecilia Bermúdez (Gimena Accardi). Y Pablo Rouviot (Benjamín Vicuña) lo reafirma con su silencio. Juntos investigan la extraña muerte del hermano de él. “Para mí no se suicidó”, dice Rouviot, quien da famosas conferencias, como Gabriel Rolón, en cuya novela se inspira libremente esta serie.
En la ficción -de oscilante magnetismo-, el showman de la psicología se sorprende al ver cómo arma la pesquisa la agente detectivesca Cecilia Bermúdez: “Esto es más que un asesinato. Esto es un mensaje”, dice ella, en un rol que sabe lucir Accardi.
Habrá seis escenas de crímenes y, en cada una, libros de monstruos (Frankenstein, Drácula, Dr. Jekyll & Mr. Hyde, etcétera) como pistas a pasados oscuros y relacionados entre sí. Vicuña encabeza la serie, pero el personaje de Gimena Accardi es el que vigoriza la acción por su sagacidad y la riqueza de sus diálogos, entre lo sórdido y la ingeniosa acidez. ¿Podrá ella atar los cabos sueltos de los asesinatos?
Cris Miró (Ella)
Flow / Max
“Vas a tener que creértela un poquito, Cris Miró”, oye la pionera vedette trans, en pleno ascenso a la fama desde el teatro de revistas en el Maipo. Corren los años ’90 y, con su figura y su ejemplo, ella va a desafiar la hipocresía y la moral neoconservadora de los tiempos menemistas.
Rompiendo prejuicios, enfrentando chistes y burlas por su condición de género, Cris Miró es encarnada, con potencia mimética, por la actriz española Mina Serrano. ¿Cómo no conmoverse con esta trágica historia de identidad?
Como toda biopic, la serie Cris Miró (Ella) narra el ascenso (desde muy abajo) de su protagonista, sus desafíos públicos y sus dolores privados, a la par de sus grandes sueños en su vida breve: tenía HIV y falleció a los 33 años, el 1º de junio de 1999, por un cáncer linfático.
Pero aquí no hay regodeo ni golpes bajos: la serie ilumina a un ícono de afirmación sexual, una diva que puso el cuerpo para rebatir prejuicios y defendió, no sin miedos, su lugar profesional en el teatro. Como dice Mina Serrano en la serie: “Quiero mi foto allá, colgada en el hall, como una más”.
Porno y Helado
Amazon Prime Video
¡Volvieron Los Débiles Mentales! Regresó, recargada en sus absurdos, la falsa banda de rock que había tenido su primer éxito gracias a su gusto por el porno y por el helado. Para formar el grupo, el inmaduro y torpe Pablo (Martín Piroyansky, el creador de la serie) se sumó al fracasado Ramón (Ignacio Saralegui) y a la estafadora Cecilia Von Trapp (Sofía Morandi), y los gags no dejaron de aumentar.
Debajo del humor recurrente, la serie abarca temáticas LGBT+, expone obsesiones de treintañeros y perfecciona sus atractivos, con personajes variopintos y múltiples referencias millenials. El natural timing cómico de Sofía Morandi y su personalidad disparatada como la manager del grupo son uno de los atractivos de la segunda temporada: sin ella sería otra serie.
En los nuevos episodios, el trío central no tendrá descanso: lidiará con una secta rollinga, estarán cerca de quedar encerrados en la cárcel y hasta atravesarán una tormenta apocalípitica. Todo ello, sin abandonar el bombardeo de chistes, mientras el falso rock y la picardía de Morandi siguen dando de qué hablar.
Fuente Clarin