Contracampo se ha dado en llamar la muestra de cine argentino que, aquí, se realiza en paralelo al Festival de Mar del Plata.y confronta con las medidas del INCAA con respecto al apoyo al cine nacional.
Será desde este viernes 22 de noviembre y hasta el martes 26, y se desarrollará en la Sala Enrique Carreras, el mismo cine donde tenían lugar las proyecciones de la sección Contracampo, que había sido creada por Nicolás Sarquís dentro del mismo Festival de Mar del Plata, del que la muestra alternativa toma prestado su nombre.
Se proyectarán películas, algunas en carácter de inéditas, de Celina Murga, Martín Rejtman, Mariano Llinás, Raúl Perrone, Hernán Rosselli, Rodrigo Moreno, Maximiliano Schonfeld y César González, entre otros, y habrá “Conversatorios” sobre la actualidad del cine argentino, en la Librería El gran pez.
La entrada tendrá un precio unificado, de $2.500 pesos -las del Festival cuestan $3.000 y $4.000- y se adquieren en la boletería de la Sala Enrique Carreras desde las 10 de la mañana para las proyecciones de ese mismo día. No habrá venta anticipada y sí una sección de clásicos, con proyecciones en fílmico a cargo de Fernando Martín Peña y su Filmoteca en vivo.
Esta edición del Festival de Mar del Plata es rechazada por varias asociaciones de profesionales de la industria, como Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), que por ejemplo decidió no distinguir este año al mejor director de una película argentina, como lo hacía tradicionalmente.
Una medida similar tomaron otras asociaciones (de directores de fotografía, editores, sonidistas, y directores de arte) que conforman la Federación de Asociaciones de Profesionales de la Industria Audiovisual Argentina, por lo que entienden la “falta de garantías necesarias para que los jurados de nuestras asociaciones puedan desempeñar su labor de manera respetuosa”.
Rejtman, Murga, Rosselli, Llinás
Dentro de la programación se podrán ver Simón de la montaña, de Federico Luis, premiada en la Semana de la Crítica en Cannes este año (viernes, a las 15.15); Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, de Hernán Rosselli, que en mayo estuvo en la Quincena de realizadores, en Cannes (sábado, a las 20); Breve cielo, de David José Kohon (sábado, a las 22:45); El repartidor está en camino, de Martín Rejtman (domingo, a las 20:10) Vida céntrica, de Rodrigo Moreno y Bruno Dubner (domingo a las 22:30); Sombra grande, de Maximiliano Schonfeld (lunes, a las 12); Solo Qu3r3mos un poco de amor, de Raúl Perrone (lunes, a las 21:10); Popular tradición de esta tierra, de Mariano Llinás (martes, a las 10) y El aroma del pasto recién cortado, de Celina Murga (Martes, a las 12:10).
En la página web de Contracampo se lee que “La gestión actual del INCAA y su nueva ‘doctrina’ no contempla dentro de su esquema de posibilidades y plan de fomento la realización de ninguna obra cuya calidad no esté basada en su capacidad de competir en el mercado”.
“Creemos que la formación de espectadores y el cultivo del deseo de las audiencias por ver Cine Nacional deberían ser una política de Estado y no sólo responsabilidad del sector audiovisual. Hoy el Festival de Mar del Plata, histórica ventana fundamental del INCAA para la divulgación de la heterogeneidad del cine argentino, corre riesgo de caer bajo esta misma lógica mercantilista”.
Y continúa: “Este nuevo Contracampo se concibe como una acción en defensa del cine argentino, que se realizará en paralelo al Festival de Cine de Mar del Plata para asegurar un espacio donde el cine y la comunidad cinematográfica argentina puedan manifestarse en libertad. Contracampo nace ante el descontento de parte de la comunidad cinematográfica frente a este desguace programado, y busca destacar la importancia de tener un festival que pueda conservar su autonomía y un Instituto de Cine que no coarte la diversidad de miradas y de esquemas de producción que tanto enriquece la cinematografía nacional. Contracampo es una acción política que busca abrir una plataforma de discusión frente a la amenaza que pesa sobre la libertad de expresión, la radicalidad estética, el federalismo cinematográfico y la autonomía del Festival”.
Fuente Clarin