Josh O’Connor, del Príncipe Carlos a un ladrón de arte

Mente maestra es el octavo largometraje de Kelly Reichardt, probablemente sin parentesco alguno con Karen, la candidata a diputada por La Libertad Avanza y que como antecedente artístico tiene haber trabajado en Notidormi con Raúl Portal, una directora nacida en Miami, o sea estadounidense, pero que es más asidua en los festivales de cine Clase A como Cannes o Berlin que en los multicines de su propio país.

Y no es porque las películas de Reichardt sean elitistas. Ejemplos sobran (Ciertas mujeres, First Cow) y Mente maestra tiene, por caso, a una estrella ascendente como Josh O’Connor al frente del elenco.

Robó, huyó y…

El británico que fue el Príncipe Carlos en The Crown, actuó con Zendaya en Desafiantes y protagonizó La quimera, es aquí un carpintero desempleado. Corren los años ’70 y James B. Mooney, para solventar sus propios gastos y los de su familia, planea y lleva adelante el robo en un museo, y a plena luz del día, de cuatro obras, no de cualquier artista, sino de Arthur Dove, que es considerado el primer artista estadounidense en crear obras abstractas.

Claro, eran otras épocas, los museos no contaban con la seguridad ni las cámaras de vigilancia de hoy en día, pero James y sus secuaces no son gente de cuidarse demasiado, por lo que va a tener que transformarse en un fugitivo de la ley.

James vive en un suburbio de Massachusetts, y lo que resuena alrededor son los ecos de Vietnam. Es un Estados Unidos fuertemente polarizado, pero James no es que viva preocupado por ello. No.

El título, una vez que empieza a desarrollarse el plan del robo, puede parecer o sonar paródico. James, parafraseando a un presidente argentino, puede dar cuenta de que la frase mejor que decir es hacer es tan cierta que le hubiera convenido tener la habilidad o idoneidad para llevar acabo el atraco allí, en ese museo que hasta suele visitar con la familia.

Reichardt no hace una película de atraco, Mente maestra no es el tipo de filme como La gran estafa, con George Clooney. Adopta si se quiere el género, para deconstruirlo: le interesa mucho más el personaje que el robo.

¿Y cómo es JB? Un tipo apático y egoísta, que como decimos parece entre distraído y desinteresado del contexto político y social en el que vive. Vive en una época en la que los estadounidenses comenzaban a sentir que la sociedad no podía sentirse tan optimista como en un paso más reciente. JB es producto de esa mirada de Reichardt, que si se vuelve algo más melancólica en la segunda parte es por pura decisión del guion.

Reichardt le ofreció a Alana Haim (Licorice Pizza, la reciente Una batalla tras otra, ambas de Paul Thomas Anderson) el papel de la esposa y madre de los hijos de JB. Y ése fue otro acierto de la realizadora para contar una historia personal, que se vuelve en buena medida colectiva. O al menos ésa es la sensación que nos deja.

Drama. Estados Unidos, 2025. Título original: “The Mastermind”. 110’, SAM 13 R. De: Kelly Reichardt. Con: Josh O’Connor, Alana Haim, Sterling Thompson, Hope Davis, Bill Camp. Salas: Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta, Pilar y Rosario, Showcase Belgrano, Norcenter y Rosario.

Fuente Clarin

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