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Protesta de cineastas argentinos en el Festival de Cannes

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El modelo Milei y el repudio a su estilo y filosofía llegó a la Costa Azul. En pleno glamour del Festival de Cannes, con filmes argentinos en exhibición, los productores, cineastas y actores argentinos decidieron protestar y denunciar “la política cultural” del presidente Javier Milei y la amenaza que significa para la industria su famosa “motosierra”.

Con una industria cinematográfica argentina con varios Oscar ganados, los trabajadores de la cultura y la industria del filme se movilizaron, con una bandera donde se leía “Argentina Unida”, para hacer pasar su mensaje de protesta y alarma.

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Las “élites liberales” del cine son un objetivo frecuente del líder argentino “anarcocapitalista” Javier Milei, que admira a Donald Trump, que fue destrozado en un filme en el festival de cuando era un promotor inmobiliario.

El domingo, alrededor de un centenar de trabajadores cinematográficos argentinos se manifestaron en Cannes para denunciar las políticas de Milei de “desfinanciar la industria cinematográfica y el sector cultural en general”.

Oriana Sabatini y Paulo Dybala, en la alfombra roja de "The Shrouds" en la 77ª edición del festival. Foto AFPOriana Sabatini y Paulo Dybala, en la alfombra roja de «The Shrouds» en la 77ª edición del festival. Foto AFP

En pleno Cannes, en uno de los festivales más famosos del mundo, se inició la movilización argentina. Justo cuando todos los diarios europeos publican que España retirará su embajadora de Buenos Aires por los insultos presidenciales en Madrid. El escándalo de Milei en España es primera plana a lo largo de la Unión Europea.

El domingo, argentinos vinculados a la industria cinematográfica denunciaron las políticas de Milei para desfondar la industria y el sector cultural en la Riviera en Cannes.

“El actual gobierno se ha embarcado en una cruzada contra la cultura, la ciencia y la educación” denunció la productora de cine argentina, Clara Massot. “Todo parece vinculado a desnudar a Argentina de su identidad, al atacar a una industria que es vital fuente de trabajo para miles de casas argentinas”, dijo. El objetivo: “demolición del sector cultural”, continuó Clara.

Acusó al gobierno de despojar a la Argentina “de su identidad misma al atacar una industria, que es una fuente vital de empleo para decenas de miles de hogares argentinos”.

El 11 de marzo, el gobierno de Milei anunció drásticos recortes de gastos para la industria cinematográfica, incluido el fin del apoyo estatal a los festivales. Los planes de Milei de retirar fondos al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de la Argentina también pondrían en peligro a la principal escuela de cine de Argentina, ENERC. También está en riesgo el mercado de cine y televisión Ventana Sur, socio del Mercado de Cine de Cannes, que estaría considerando mudarse al vecino Uruguay.

“Todo está suspendido en este momento y no sabemos qué pasará después”, dijo el productor Nicolas Avruj, quien ayudó a organizar la protesta en Cannes. “Nos hemos convertido en un punching de boxeo para el gobierno”, añadió. “El objetivo no es matarnos de inmediato, sino desangrarnos”, explicó.

El propio Milei ha dicho que el país debe elegir entre “financiar películas que nadie ve” y “alimentar a la gente”. Los trabajadores del cine responden que quitarle fondos a su industria sólo aumentará el desempleo, empujando a más familias a la pobreza.

Si bien Massot reconoció la profundidad de la actual crisis económica de la Argentina, describió la presión del gobierno sobre la industria cinematográfica como un “falso remedio”. Señaló que el Instituto Nacional de Cine de Francia, el CNC, se creó después de la Segunda Guerra Mundial.

El efecto “Motosierra”

La industria cinematográfica argentina, ganadora de Oscar y premios internacionales, está luchando por sobrevivir mientras el presidente Javier Milei aplica su enfoque de “motosierra” a los recortes presupuestarios en el sector cultural del país.

El Festival de Cine de Cannes, la deslumbrante reunión del cine en la Riviera, se describe a menudo como una burbuja de celebridades. Pero la política, la denuncia y el activismo nunca están lejos.

Este año ha sido un festival de denuncias. Desde las protestas por abusos sexuales en un “Me Too” en el que Francia había quedado postergado, más las guerras en Ucrania y Medio Oriente y la espectacular fuga de un director iraní, con un filme en exhibición en Cannes, que debió huir de Teherán para no ser detenido y llegar al festival.

Los organizadores del festival se han esforzado por evitar protestas en la alfombra roja, mostrando a actrices y modelos vestidas -o desvestidas- por las principales marcas. Pero las protestas se filtran cuando el mundo está convulsionado por la guerra y una ola de ultraderecha amenaza a Europa.

Un imitador de Donald Trump asiste a la première de "The Apprentice" durante el 77º Festival de Cine de Cannes. Foto EFEUn imitador de Donald Trump asiste a la première de «The Apprentice» durante el 77º Festival de Cine de Cannes. Foto EFE

El filme sobre Trump

El lunes por la noche, la atención se centró en las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos, con el estreno en la alfombra roja de “El aprendiz”, de Ali Abbasi. Allí se narra el ascenso de Donald Trump como un joven y ambicioso promotor inmobiliario en el Nueva York de los años 1970 y 1980, bajo la siniestra tutoría del despiadado abogado Roy Cohn.

Un portavoz de Trump describió la película como “basura” e “interferencia electoral por parte de las élites de Hollywood”. Amenazó con emprender acciones legales. Aunque algunos críticos de cine en Cannes la encontraron sorprendentemente “indulgente” con el magnate expresidente.

París, corresponsal

Fuente Clarin

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