Quiet Riot y «Metal Health»: el día que un álbum de Heavy Metal alcanzó la cima por primera vez

La fecha es 1983. Mientras en la pantalla grande las audiencias se maravillaban con Star Wars: El Retorno del Jedi o Blade Runner de Ridley Scott, en el Sunset Strip se gestaba una revolución tan ruidosa como inesperada. El glam metal saturado de laca, maquillaje y con un brillo de espectáculo que no se veía desde la escena británica, estaba listo para tomar por asalto la cultura popular.

El vehículo de esta explosión no fue ninguna de las superbandas que dominaban las listas (como Mötley Crüe o Def Leppard) sino un grupo de inadaptados de la escena de L.A. que había estado a punto de colapsar: Quiet Riot.

El 26 de noviembre de 1983, se selló un hito histórico que redefinió la industria musical y abrió las puertas a toda una década de pelo largo y excesos. En esa fecha, el álbum Metal Health de Quiet Riot destronó a Synchronicity de The Police en el número uno de la prestigiosa lista Billboard 200. Por primera vez en la historia, un álbum de heavy metal (o lo que se conocería como Hair Metal o Glam Metal) se coronaba como el más vendido del país.

La historia de Quiet Riot es una de perseverancia, tragedia y, finalmente, un éxito tardío. La banda había sido la cuna del legendario guitarrista Randy Rhoads, cuya muerte en 1982 sumió a los miembros restantes en la duda. Pero la reunión, impulsada por el productor Spencer Proffer, se centró en una nueva fórmula: la mezcla explosiva de riffs robustos, coros pegadizos y, sobre todo, un show ineludible.

Publicado el 11 de marzo de 1983, «Metal Health» fue el caballo de Troya perfecto del metal hacia el mainstream, catapultado por dos himnos imparables que, hasta el día de hoy, siguen más que vigentes.

Primero, con «Cum On Feel the Noize»: aunque la banda grabó a regañadientes este cover del grupo glam rock británico Slade, la versión de Quiet Riot se convirtió en el grito de batalla de toda una generación. El sencillo alcanzó el número 5 en el Hot 100, demostrando que el público juvenil ansiaba una música que fuera a la vez dura y bailable.

En una entrevista con Modern Drummer, Frankie Banali recordaría cómo surgió la idea de hacer un cover de «Cum On Feel the Noize»:

«Cuando grabábamos ‘Metal Health’, nuestro productor, Spencer Proffer, quería lo que él llamaba un tema ‘de seguridad’«, explicó Banali. «El caso de ‘Cum on Feel the Noize’ era que había sido un éxito para Slade en todas partes menos en Estados Unidos. Spencer pensó que la canción encajaría muy bien con nuestros temas originales, así que la grabamos. Ni siquiera la ensayamos porque a la banda no le entusiasmaba mucho la idea. Así que no nos la tomamos demasiado en serio, y probablemente por eso suena tan fresca. Nos sentamos y la repasamos una vez. Entre Spencer y yo, trabajamos en el arreglo y lo perfeccionamos. Luego la grabamos. Fue así de sencillo».

A este éxito se sumó el verdadero manifiesto de la banda, «Metal Health (Bang Your Head)». El tema estaba inspirado en la experiencia del bajista Rudy Sarzo en las giras de Ozzy Osbourne en el Reino Unido, donde los fans adoptaron el hábito de «golpear sus cabezas» contra el escenario. Con un riff demoledor y el coro «Bang your head! Metal health will drive you mad!», la canción se consolidó como el ancla del naciente movimiento hair metal.

Si los ’80 fueron la década del espectáculo -un momento en que la ciencia ficción, de E.T. a Volver al Futuro, dominaba la taquilla-, Quiet Riot entendió que el rock necesitaba su propia superproducción. Y el escenario fue MTV.

El video de «Metal Health (Bang Your Head)» fue tan crucial como la música. Con el vocalista Kevin DuBrow ataviado con una camisa de fuerza roja y una máscara de hierro (la misma que adorna la icónica portada del álbum), el clip presentaba a la banda escapando de un manicomio para tomar el escenario. Era un símbolo perfecto: el metal, el género «loco» y marginal, irrumpiendo en la sala de estar de Estados Unidos.

Gracias a la rotación constante en MTV, la imagen de Quiet Riot se grabó en el imaginario colectivo, convirtiendo su sonido en un fenómeno de masas.

El triunfo de «Metal Health» (que vendió más de seis millones de copias solo en EE. UU.) fue mucho más que un éxito personal para Quiet Riot; fue la certificación de un nuevo género en la cima musical.

Al reemplazar al new wave sofisticado de «Synchronicity» (The Police), el álbum demostró a las grandes discográficas que la fórmula de guitarras distorsionadas, baterías potentes y una estética glam podía ser enormemente rentable. Quiet Riot no solo hizo historia: encendió la mecha. Su éxito allanó el camino para que bandas como Mötley Crüe, Bon Jovi, Cinderella, Warrant, Poison, Guns N’ Roses, entre otras tantas más, dominaran la escena mundial durante los años venideros, forjando la identidad ruidosa y espectacular que definió el rock y metal de los ’80.

El día que «Metal Health» alcanzó la cima, el heavy metal dejó de ser un culto de la underground para convertirse en la banda sonora más ruidosa de la cultura pop global.

Fuente Clarin

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