San Lorenzo en manos de Morales: La sombra de Moretti y la guerra política que hunde al club

Con fuertes vínculos con el ex presidente Moretti, acusado de corrupción, Morales asume el control en medio de una crisis institucional y una deuda creciente.

El presidente de la Asamblea de San Lorenzo, Daniel Matos, se tomó licencia y Ulises Morales, el vicepresidente, quedó al comando de la institución deportiva.

Desde este martes, Morales vinculado directamente con el ex presidente Marcelo Moretti–el responsable de la acefalía– obtuvo la habilitación para comandar el club y tendrá la oportunidad de realizar cualquier tipo de operación en el “Azulgrana”, sin ningún tipo de restricción.

Este cambio de mando se da en un contexto alarmante. El club, en pleno estado de crisis, lucha por encontrar una salida en medio de la búsqueda de un gobierno de transición que, hasta ahora, no ha dado señales claras. La caída estrepitosa de Moretti, acusado de recibir una coima de 25 mil dólares, dejó al “Ciclón” en una situación aún más precaria. La sombra del ex presidente persiste, ahora a través de un hombre de su total confianza, quien toma las riendas en un momento crítico para la entidad.

Es un escenario que deja en evidencia la falta de respuestas de los dirigentes y la angustia de los hinchas, quienes se sienten atrapados en un ciclo interminable de promesas incumplidas y operaciones opacas. La elección de Morales como líder del club es un claro mensaje de continuidad en el desorden, una extensión del mismo sistema que fracasó rotundamente con la gestión de Moretti, y de la que el presidente de la Asamblea no ha sido ajeno.

El tiempo corre y San Lorenzo sigue enfrentando una deuda importante con su plantel profesional, mientras la Asamblea, lejos de ofrecer soluciones coherentes, parece mantenerse al margen de una situación que exige acción urgente. La sombra de Moretti sigue presente, y más allá de la formalidad de la acefalía, todos los caminos parecen seguir conduciendo al mismo lugar: un club sin rumbo y gobernado por figuras que han demostrado estar más cerca de los intereses personales que del bien común.

Los hinchas del “Ciclón” no pueden relajarse ni confiar en un futuro inmediato. El club está a la deriva y, mientras los dirigentes siguen operando a espaldas de la masa societaria, la única certeza es que el futuro del club está en manos de quienes han sido parte del problema, no de la solución. La batalla por San Lorenzo continúa, pero la guerra política dentro del club sigue siendo la mayor amenaza para su estabilidad.

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