Gerardo Romano pasó por «Desayuno Americano» y habló sobre el comienzo de las grabaciones de «En el barro», la serie que derivó de «El Marginal», además se refirió al Mal de Parkinson, la enfermedad contra la que lucha desde hace varios años.
«Hoy le dedico todas las horas de mi día a trabajar, además ahora tengo mucha presión porque tengo que resistir una enfermedad compleja, y todo depende de tu capacidad y de tu resiliencia», dijo y bromeó que para cuidarse «duermo mucho y coj… poco».
Luego, hablando en serio, agregó: «Yo no salgo de la cama los sábados y domingos, porque estoy una hora y media en escena sin parar y requiere mucha concentración y mucha energía para que sea un placer, y es un placer».
Sobre el tratamiento para su enfermedad sostuvo que, a pesar de la medicación, el ejercicio lo ayuda mucho: «Lo que más hago para el Parkinson es nadar, voy a nadar cuatro días por semana a nadar y nado un kilómetro cada vez», dijo y completó: «Esta enfermedad me llevó por distintos lugares, fue bastante dinámico, creo que lo llevo bastante bien».
Romano habló de sus primeros síntomas de la enfermedad, el primero que tuvo fue un cosquilleo en su mano derecha: «El Parkinson es una enfermedad que tiene algo vergonzante», dijo y contó que formó un grupo que se llama «Jimmy» con otras personas con la enfermedad: «Hoy me atiendo con mi neuróloga y también lo veo a Facundo Manes».
Al ser consultado sobre el miedo, se explayó: «Y, es linda la fiesta, yo estoy muy contento de estar vivo, la paso muy bien», dijo y agregó: «Me gusta acordarme de mis padres, me gusta subirme al escenario y tengo amigos y gente que quiero. No tengo ganas de que se acabe la fiesta».
Hoy, además de preparar la nueva serie «En el barro» tras el éxito de «El Marginal» y está al frente de «Un judío común y corriente», los sábados y domingo en el Chacarerean Teatre, en Nicaragua 5565.
